Del 24 al 27 de mayo, más de una cuarentena de laicos y Hermanos voluntarios – non designados o nombrados – participaron en la asamblea capitular de la Familia Menesiana, después de la recepción de los textos del Capítulo General de 2018.

Los participantes venían de Quebec y del Nuevo Brunswick, y también de los Estados Unidos – Alfred y Cantón – y de Méjico, Huatusco. Previamente se habían recogido mensajes   de los que no podían participar en ella. La asamblea se desarolló con la asistencia del Hno Miguel Aristondo, Asistente.

Hno. Mario Houle, Provincial, resume esta Asamblea como una experiencia espiritual, bajo la forma de una carta al Espíritu Santo.

Estabas allí

» Varios de nosotros regresamos hace poco de una aventura única, la de Cabo de Esperanza. Éramos un número de algo más de cuarenta, número simbólicamente vinculado a la transformación y al cambio interior.
Desde el principio, sin saber demasiado en qué barco  nos embarcábamos, cada uno había elegido dejarse invitar a esta experiencia espiritual de fraternidad y de discernimiento. Es lo que estas palabras significan, en sentido literal: una experiencia del Espíritu.

Estabas allí, escribía uno de ellos hoy.
Una vez más, nos volviste al corazón de nosotros mismos, a nuestras raíces, a la fe heredada de Abraham. Esa fe que se transforma en esperanza, ya que se apoya en Alguien que nos espera y nos quiere.

» La Familia Menesiana es llamada a transformar nuestra vida »
¡ Comprendimos tantas cosas por el corazón y el Espíritu Santo, experimentándolas nosotros mismos durante cinco días intensos !
Que la Familia Menesiana, por ejemplo, es una realidad llamada a cambiar nuestra vida y nuestra manera de actuar.

Que es por un compromiso y un discernimiento vividos juntos y que la vida brotará en el futuro.

Que no podremos llamar de nuevo – ¡ pero lo haremos y nos hemos comprometido a ello ! – que cuando nosotros mismos nos dejemos tocar, llamar y enviar con nuestras pobrezas.

El equipo de la Universidad de Walsh

Y que nosotros no seremos fieles a quienes nos precedieron si no sabemos, como ellos, ser audaces y creativos.

El equipo de Huatusco, Méjico.

Espíritu Santo, gracias por haber transformado nuestras siete nacionalidades y hacer de la diversidad de nuestras lenguas un mismo idioma, el tuyo. »

Extracto de la Oración de esperanza compuesta por esta asamblea

» Ya que nuestras fuerzas disminuyen, danos tu Espíritu de esperanza.
Abre nuestros corazones al amor, a la audacia, a la disponibilidad y a la confianza
para que broten en nosotros un ardor nuevo y un nuevo fuego.

Abre nuestros ojos a las necesidades y aspiraciones de los más pequeños y heridos.

Abre nuestra inteligencia a tu Palabra para que sea nuestra luz.

Mientras celebramos los 200 años de nuestra fundación,

 Tú nos invitas a escribir contigo una nueva página en Norteamérica. »

Fotos F. Pierre Leblanc

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