De izquierda a derecha : el Hno. Jean-Baptiste NDIAYE, Visitador, Mgr Dominique GUIGBILE, obispo de la Diócesis de Dapaong, el Hno. Augustin Boudan, nuevo profeso y el Hno. Jean Paul PEUZE, 1er Asistente.

¡Fiesta en Dapaong, en la parroquia de Santa Mónica en Togo, el pasado 27 de diciembre! Toda la Congregación, y en particular el Distrito San Pablo de África Occidental, se ha alegrado por el compromiso definitivo del Hno. Agustín BOUDAN en nuestro Instituto. Eco de esta profesión perpetua contada por el Hno. Gilbert Damigou.

«El poderoso ha hecho en mí maravillas; Santo es su nombre» Lc 1,49. La celebración, rica en textos litúrgicos, cantos y danzas, ha sido presidida por Monseñor Dominique GUIGBILE, obispo de la diócesis de Dapaong, con asistencia del Hno. Jean Baptiste NDIAYE, Visitador del Distrito San Pablo y del Hno. Jean Paul PEUZE, 1er Asistente general, que recibió los votos de nuestro Hermano en nombre de la Iglesia y de la Congregación.

El Hno. Jean-Paul Peuzé – a la izquierda – recibió los votos del Hno. Agustín.

El celebrante, dirigiéndose al Hno. Agustín en su homilía, le dijo que es providencial que sus votos perpetuos se celebren en la fiesta del apóstol san Juan, gran amigo y testigo de Jesús y que, siguiendo su enseñanza y su ejemplo, no corre el riesgo de perderse ni de equivocarse.

El Hno. Agustín durante las letanías de los santos durante la celebración.

Le hizo saber lo que el Señor espera de él: vivir diariamente la ofrenda de su vida al sacrificio de Cristo a través de la oración, la meditación de la palabra de Dios, la recepción regular de los sacramentos, especialmente el sacramento de la Reconciliación y el de la Eucaristía. De estos sacramentos y oraciones, así como de estas meditaciones de la palabra de Dios, sacará las energías necesarias para una vida interior fecunda al servicio de la Iglesia, especialmente entre niños y jóvenes.

Monseñor Dominique agradeció vivamente a los Hermanos su presencia y su acción.

Monseñor Dominique aprovechó la ocasión para agradecer vivamente a los Hermanos y felicitarlos, no sólo por la misión que desempeñan en la diócesis de Dapaong, sino también y sobre todo por el testimonio de la devoción al santo sacrificio de la misa que dan en las comunidades cristianas en las que están implantados.

Con alegría y un ambiente festivo continuó la celebración y mucha alegría en el patio de la parroquia, al son de los tams-tams tradicionales y de las danzas.

Sigamos llevando a nuestro Hermano Agustín en nuestras oraciones y encomendémoslo al afecto maternal de la Virgen María, Madre y Patrona de la Congregación.

Hno. GILBERT, FIC


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